Dr.
Margaret Chan, Directora de la Organización Mundial de la Salud
¿Es posible que la misma persona que promovió la estafa de
la vacuna de la gripe aviar en el mundo sea la que hoy nos alerta sobre las
manipulaciones de las grandes corporaciones para mantener a la población
mundial en un estado de pandemia por malnutrición?
Tal vez algo está cambiando en las estructuras políticas del
mundo, cuando alguien tan políticamente sospechosa como la Dra. Margaret Chan
de convivir armoniosamente con los grandes poderes fácticos de la economía que
rige la industria de la salud y la alimentación, se atreve a denunciar
públicamente lo que está pasando en el mundo.
Merece la pena leerlo…
Dr. Margaret Chan, Directora de la Organización Mundial de
la Salud
Discurso de apertura en el 8º CONFERENCIA GLOBAL SOBRE LA
PROMOCIÓN DE LA SALUD
Helsinki, Finlandia, 10 de junio de 2013.
…
Señoras y Señores,
Los desafíos a los que hace frente la salud pública han
cambiado enormemente desde el comienzo de este siglo. En nuestro mundo actual tan
interconectado, la salud está siendo moldeada por fuerzas similares:
envejecimiento de la población, rápida urbanización y la globalización de los
estilos de vida insanos.
Bajo la presión de estas fuerzas, las enfermedades crónicas
no comunicables han superado a las enfermedades infecciosas como causa de
morbilidad, discapacidad y mortalidad.
Como se declara en la Declaración Política de la UN en ENCs,
la prevención debe ser el pilar de la respuesta global a estas costosas,
mortíferas y difíciles enfermedades. Sus
causas fundamentales residen en sectores no-saludables. Es imperativa una
colaboración entre múltiples sectores.
Las consecuencias de este cambio en la carga por estas
enfermedades alcanzan más allá del sector de salud, para tocar las economías de
todo el mundo. Estudios recientes demuestran que los costes por el cuidado de
cánceres avanzados son insostenibles, incluso en los países más ricos del
mundo.
En algunos países, la diabetes por si sola consume el 15%
del presupuesto total en salud. En los países en desarrollo, los costes de
estas enfermedades pueden fácilmente anular los beneficios de los logros económicos.
De nuevo, la colaboración entre múltiples sectores es imperativa.
En cierto modo, esto no es nada nuevo. A comienzos del siglo
19, mejoras en higiene y en las condiciones de vida fueron seguidos de grandes
mejoras en el estado de salud y en las expectativas de vida. Estas mejoras
medioambientales ayudaron al control de las enfermedades infecciosas, venciendo
totalmente muchas grandes causas de muerte en las sociedades modernas.
Hoy en día, se ha dado la vuelta a la situación. En lugar de
desaparecer enfermedades a medida que las condiciones de vida mejoran, el
progreso socioeconómico está creando en la actualidad las condiciones que
favorecen el aumento de las enfermedades no comunicables (infartos, cánceres,
diabetes, enfermedades pulmonares). El crecimiento económico, la modernización
y la urbanización han abierto ampliamente la puerta de entrada para la difusión
de los estilos de vida insanos.
La globalización de estilos de vida insanos no es tan solo un tema de carácter técnico
para la salud pública. Se trata también de un asunto político. Es un tema económico.
Y es un tema de política exterior.
Otra tendencia preocupante, las desigualdades existentes entre
y dentro de países, en niveles de ingresos, oportunidades y en estado de salud,
son hoy en día mayores que en cualquier otro momento de las últimas décadas.
Vivimos cada vez más en un mundo de países ricos llenos de pobre y gente
enferma. El aumento de las enfermedades no comunicables amenaza con incrementar
incluso más estas diferencias.
Señoras y Señores,
…
En los años 80, cuando hablábamos de la colaboración
multisectorial para la salud, nos referíamos a trabajar en equipo con sectores
afines amigos. Como por ejemplo educación, vivienda, nutrición y suministros de
agua y alcantarillado. Cuando los sectores de salud y educación colaboran,
cuando la salud trabaja con los servicios de suministros de agua y salubridad,
los conflictos de interés raramente suponían un problema.
Hoy en día, el conseguir que la gente siga estilos de vida
saludables y adoptar comportamientos saludables va a encontrarse con la
oposición de fuerzas que no son tan amistosas. En absoluto.
Los esfuerzos para prevenir las enfermedades no comunicables
van en contra de los intereses comerciales de operadores económicos poderosos.
Desde mi punto de vista, esto es uno de los grandes desafíos con los que se va
a encontrar la promoción de la salud.
Como las nuevas publicaciones demuestran, ya no es tan solo
en “Big Tobacco” (empresas tabacaleras).
La salud pública debe lidiar también con el “Big Food” (industria
alimentaria), “Big Soda” (industria de los refrescos) y el “Big Alcohol”. Todas
estas industrias temen las regulaciones y se protegen a sí mismas recurriendo a
técnicas similares.
Las investigaciones han documentado también estas tácticas.
Estas incluyen la creación de grupos de presión, lobbies, promesas de
auto-regulación, pleitos e investigaciones financiadas por la industria que
confunden la evidencia y deja al público con dudas.
Otras tácticas incluyen regalos, becas y contribuciones a
causas justas que dan a estas industrias la imagen de corporaciones respetables
ante los ojos de políticos y del público. Incluyen argumentos que colocan la
responsabilidad del daño en la salud sobre los individuos y muestran las
acciones gubernamentales como interferencias contra la libertad personal y la
libre elección.
Se trata pues de una gran oposición. Los poderes del mercado
se traducen inmediatamente en poder político. Pocos gobiernos priorizan la
salud sobre los grandes negocios. Como sabemos por experiencia con la industria
del tabaco, una corporación potente puede vender al público prácticamente
cualquier cosa.
Permítanme recordarles. Ni un solo país ha conseguido revertir
la epidemia de obesidad en cualquier grupo de edad. No se trata de un fallo del
poder de voluntad del individuo. Se trata, antes bien, de un fallo de la
voluntad política para hacer frente a las grandes corporaciones.
Estoy profundamente preocupada por dos nuevas tendencias.
La primera guarda relación con los acuerdos comerciales. Los
Gobiernos que están introduciendo medidas para proteger la salud de sus
ciudadanos están siendo llevados a juicio y desafiadas por medio de litigios.
Esto es peligroso.
La segunda se refiere a aquellos esfuerzos por parte de la
industria de dar forma a las políticas y estrategias de salud pública que
afectan sus productos. Cuando la industria se implica en hacer política, no
tenga dudas que las medidas de control más eficaces quedarán mermadas o
abandonadas totalmente. Esto también está bien documentado y es peligroso.
Desde el punto de vista de la OMS, el desarrollo de
políticas de salud debe estar protegido de cualquier alteración por parte del
comercio o de intereses creados.
…
Gracias.
(Traducción, Francisco Mata Rabasa, Médico, 05.07.2013)
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