Y este maravilloso regalo no tiene desperdicio.
Se nos abre el corazón y nos da esperanza conocer a seres pequeños de tanta sensibilidad y sabiduría innata...
Confiamos
 en que la humanidad está dando un salto evolutivo por nuestra 
intuición; pero también por las señales anónimas que nos llegan de todas
 partes...
Un retorno al paraíso tal vez?
Cuando no teníamos 
necesidad de comernos a los animales porque vivíamos de la luz, el agua,
 el aire y los vegetales que nos encontrabamos a nuestro paso?
"Ellos son nuestros amigos...¿Como vamos a comerlos?"
Son dos minutos de ternura y sabiduría que os recomiendo con vehemencia.
L.A. Lázaro 
 
 
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